Llevo viviendo exactamente 27 años, 69 días, 8 horas, 31 minutos y 44 segundos (cuando leáis esto, algunos más). Eso sin tener en cuenta los 8 meses que estuve ligada a mi madre.Tiempo en el que he tenido múltiples vivencias.
Normalmente vamos tan sumamente ocupados entre nuestras obligaciones y saturar de actividades nuestro tiempo libre, que nos olvidamos de ese tiempo de reflexión. Reflexión que nos hace conscientes de que nuestras vivencias han pasado a ser recuerdos. Recuerdos que muchas veces son buenos y otras, menos buenos; con la ventaja de que nuestra memoria es totalmente selectiva y acaba dando énfasis a los buenos, volviendo cada vez más borrosos a aquellos que no nos gustan tanto.
Por suerte, muchas veces una inocente conversación sin razón aparente acaba retrocediendo en el tiempo, aislándote por completo de todo aquello que te rodea y dibujando una sonrisa en tu cara que, aunque quieras, no puedes cerrar porque hay una fuerza mayor que tira de ella.
Y para acabar, os dejo con una canción que tiene mucho y poco que ver, pero me ha venido a la cabeza mientras escribía y hacía mucho que no la escuchaba.
Es Mejor Caminar - Revólver
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